Godoy Cruz cortó la racha y ganó en Mendoza en un duelo clave por los promedios

Después de cuatro derrotas consecutivas, venció a Quilmes 2-0; Castellani y Aquino, los goles; el equpo cervecero terminó con nueve jugadores por la expulsíon de Zacaría y la lesión de Damián Leyes

MENDOZA.- Bajo una tenaz lluvia, Godoy Cruz impuso su fútbol y derrotó sin atenuantes a un desdibujado Quilmes por 2 a 0. El visitante fue un mero espectador: no fue sólido en la defensa y con un Caneo en otra cosa, entregó el resultado. Y el local, muy lúcido, con sapiencia aprovechó lo que Quilmes le facilitó.

Para Godoy Cruz, a los 24 minutos todo comenzó a salir a pedir propio. Un perfecto centro de Grimi, irresoluble para la última línea cervecera, desembocó en Gonzalo Castellani, que con paciencia y un estiletazo de derecha determinó el 1-0. Cambio de timón en el juego y en las pretensiones de cada equipo. El golazo desacomodó definitivamente el ya lento trabajo de los volantes de Quilmes y enredó sus intenciones de salir jugando con claridad en el fondo. Sucedió que se agrandó Godoy Cruz y se lanzó con todo su arsenal a liquidar el juego.

A los 30 minutos, tras un pase sutil de Aquino, Castillón erró con su toque final la segunda conquista. Pero ésta llegó al instante: el propio Claudio Aquino aprovechó un resbalón -que fue caída- de Lema y clavó un zurdazo al ángulo superior izquierdo del arco del desconcertado Peratta. Con dos tantos de diferencia, hubo más fútbol mendocino a la vista. Las combinaciones de Castellani y San Román por la derecha desestabilizaron la cacheteada defensa quilmeña, y Aquino sumó su desequilibrio para juntarse con Díaz y crear fútbol del bonito.

Enojado, Blas Giunta decidió en el descanso tres cambios. Pero nada salió bien con la idea, que parecía un golpe de efecto para sus hombres. La pronta lesión de Leyes y la inmediata expulsión a Zacarías dejaron a Quilmes con nueve hombres en su intento de cambiar lo que era cosa juzgada. En esa condición, todo fue un trámite hasta el final. Godoy Cruz se dedicó a esperar con la pelota y atacó en contadas ocasiones, mientras su deficiencia en la definición lo privó de una goleada.

El equipo bodeguero bailó bajo la lluvia, ganó un partido de los de "6 puntos" y se fue cantando por un sueño que quiere hacer realidad. El cervecero, en cambio, se ahogó y debe deshacerse de sus penas lo más pronto posible.