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domingo, 26 de enero de 2014

Eduardo Schwank: "Por la lesión, hasta temía cortar la comida"

Tras recuperarse de la sinovitis en la muñeca de la mano diestra, está en Mar del Plata para la serie de Copa Davis ante Italia

MAR DEL PLATA.- Más agradable, imposible. Luego de días insoportablemente sofocantes o lluviosos hasta el hartazgo, el cielo limpio de nubes y la brisa de la costa actuaron como caricias para cada pieza del equipo argentino de Copa Davis. Un grupo que, desde el viernes, sobre la superficie de polvo de ladrillo montada especialmente en el Patinódromo (todo un símbolo social y deportivo de la ciudad), tendrá el desafío de enfrentarse con Italia, con el peso de la historia. Tratando de proteger la costumbre que la Argentina generó desde su regreso al Grupo Mundial, en 2002, ya que desde entonces siempre superó la 1» etapa. Un puñado de jugadores, con los que estuvo el capitán Martín Jaite, ensayó en el escenario de los partidos; otro, en el club Náutico, frente al puerto marplatense, allí donde Guillermo Vilas empezó a construir su leyenda. En esas mismas canchas y ante la mirada de muchos socios que por un momento dejan la playa, Eduardo Schwank castiga la pelotita, una, diez, cien, mil veces. Sonríe. Está disfrutando estar ahí. Del otro lado de la red está su compañero de dobles, Horacio Zeballos, el más local de todos los jugadores de esta serie.
No debería provocar sorpresa la presencia del jugador criado en Roldán. A los 27 años, tiene récord positivo en dobles en Copa Davis (6-2) y el ejercicio de haber participado una final (en 2011, ante España, en Sevilla). Sin embargo, su andar en el circuito ha sido con obstáculos en la última temporada. Hace un año se sometió a una artroscopia y a otros tratamientos por padecer sinovitis en la muñeca de su mano hábil, la diestra. Demoró poco más de cuatro meses en reaparecer y ya nada fue como antes. La inactividad le propinó un cachetazo en el Challenger Tour, categoría en la que intentó el retorno. La pasó mal. Sufrió. Maldijo. Nunca había sentido nada igual. Comenzó 2013 con ranking 216° en singles y 82° en dobles, pero terminó el año 343° y 213°, respectivamente, cuando alguna vez había alcanzado el 48° en individuales -en junio de 2010- y 14° en dobles. Pero hoy, tras una intensa pretemporada en Córdoba y sin molestias, custodiado por su entrenador Javier Nalbandian (hermano de David), dice sentirse otra vez en el buen camino. Y la Copa Davis lo energiza.
"Desde hace semanas siento que recuperé mi nivel, vengo jugando partidos de práctica y por los puntos, y me siento preparado para este desafío. No tuve la continuidad que quería ni tampoco los resultados. Ahora quiero arrancar este año al 100 por ciento. No ha sido fácil la elección de Martín porque tuvo que dejar afuera a jugadores, incluso con mejor ranking que yo. Pero habrá evaluado mi experiencia en la Davis", explica Schwank.
-¿Ya no tenés síntomas de la lesión?
-Pasó un año desde que me operé. Volví a jugar en abril. Ya estoy sin problemas, sin ningún dolor, la muñeca evolucionó perfectamente. Una lesión es lo peor que te puede pasar. Además, nunca había tenido molestias tan largas; máximo habían sido de dos o tres semanas. Estás todo el tiempo pensando en la mano, si dormís en una posición o si lo hacés en otra, con la férula que es incómoda, tratando de recuperarla todo el día, te la pasás en el kinesiólogo. Por la lesión, hasta temía cortar la comida; lo hacés con precaución para que no pase nada raro. Pensás en eso todo el día. Fueron varios meses afuera y pensé, sinceramente, que iba a volver más fácil a los torneos, pero no fue así. Me costó, y lo único en lo que pensaba era en que se terminara 2013 para hacer la pretemporada y enfocarme de nuevo en este año.
-¿Con qué actividades reemplazaste el tenis y la competencia durante la ausencia?
-Tengo una academia en mi pueblo, en Roldán, y pasé mucho tiempo con los chicos. Disfruté con mis amigos, con mi familia, cosas que te llenan de energía para el futuro. Pero cuando volví a la competencia fue negativo. El circuito no te perdona. Cuando volví a jugar ya estaban todos al ciento por ciento, con mucha competencia encima, y se me dificultó. Además, en los Challengers hay buen nivel, chicos que progresan y al año dan el salto a ATP. Hay partidos que con la camiseta los ganás, pero si no estás bien, te juega en contra porque todos te quieren ganar.
-Con Zeballos, tu compañero en el punto de dobles, tenés un buen vínculo. De hecho ostentan un éxito trascendente ante Rusia, en Moscú, en los cuartos de final de 2010.
-Sí, nos conocemos muchísimo, sabemos qué cosas hace bien uno y qué cosas mal. Nos conocemos desde los 8 años, nos enfrentábamos en todas las categorías, desde la preinfantil te diría. Que él sea zurdo y yo diestro es una ventaja, porque lo padecemos cuando enfrentamos a una pareja con esa condición: en los games te vienen todos los saques diferentes. El dobles es realmente otro deporte.
-No jugás en la Copa Davis desde las semifinales de 2012 ante los checos. Pero esta serie ante Italia, ¿con cuál otra la compararías por su riesgo?
-Todas son difíciles. Puede ser que se parezca a aquella en la que visitamos a Alemania, en 2012, en Bamberg, que ganamos. Italia tiene muy buenos jugadores. Pero muchas veces demostramos que podemos sacar un extra.

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